1976: De tanto simular, CAYÓ DORMIDO

Cuando uno piensa en el año 1976, lo relaciona enseguida con una profunda crisis institucional vivida por nuestro país. Pero desde el punto de vista deportivo, adquiere otros significados para los hinchas de River, también negativos por cierto.
El cuadro de Núñez simuló ser el de 1975, pero se quedó dormido. Porque si bien terminó primero en la Zona B de la Rueda de Clasificación, se dejó estar y finalizó en la ronda por el título a seis puntos de Boca, el campeón del Metropolitano. A este certamen corresponde este equipo, en el viejo Monumental: arriba aparecen Passarella, Pena, Merlo, Perfumo, H. López y Fillol. Abajo: P. González, J. J. López, Luque, Alonso y Más. Una versión nunca confirmada decía que la hinchada millonaria había ingresado horas antes al campo de juego del Liberti y quitado los arcos, con el objeto de evitar que Boca se consagrara allí frente a Unión de Santa Fe.
River tenía centrada sus expectativas en la Copa Libertadores, pero los brasileños del Cruzeiro interrumpieron la superioridad que durante 13 años habían mostrado los conjuntos argentinos y uruguayos en el torneo continental. En el match decisivo disputado en Santiago de Chile, Cruzeiro venció a River 3 a 2. La Gorda Matosas había cruzado Los Andes con la barra para alentar al equipo, pero el apoyo desde las tribunas (...que este año no paramos / hasta ser campeón mundial...”) no alcanzó: la torcida contó con la ayuda de los simpatizantes chilenos...
Para la segunda competición doméstica del año, el Nacional (llegaron Cocco, Beltrán, Commisso y Saporiti), por primera vez en el profesionalismo se dio que River y Boca disputaran la final para definir un campeonato. Y River volvió a dormir: faltando pocos minutos para el epílogo, el volante Suñé ejecutó un tiro libre antes de que se ubicara la barrera. Su remate sorprendió descolocados a los defensores riverplatenses y a Fillol (algo similar ya había ocurrido en el 75, con el gol de tiro libre de Patota Potente), y se introdujo en el arco. Con ese tanto los xeneises lograron el triunfo y el segundo título en el año.
Terminaba 1976: el golpe a los hinchas de River estaba dado.

VIAJÁ al MUNDIAL a ALENTAR a DIEGOTE y su EQUIPO!

En la imagen, Alonso de pibe abajo a la derecha al lado de un chico que no trascendió. Pero sí llegó a destacarse el muchachito que aparece parado entre ambos... Quién es?
Si lo sacás, te ganás un viaje a Sudáfrica para el Mundial 2010 con todo pago, alojándote con los hoolingans ingleses en Sangcoco! Eso sí: después tenés que traer los trapos que les afanaste a ellos para mostrarlos en las canchas argentinas!
Una pista? Llegó a jugar en la Selección de Menotti...

1972: Cuando ALONSO ya se EMBARCABA hacia el ÉXITO

Beto Alonso modelo 72. Ya había paseado su juventud y talento por Cannes, con la Selección Juvenil Argentina. Allí tuvo una de las primeras satisfacciones de su carrera: lo distinguieron con el premio al mejor jugador del torneo. Ya había pasado el recuerdo de Didí, y la amargura que le causó al Beto su alejamiento. Ya había atravesado ciertos altibajos con el combinado nacional dirigido por Sívori. Ahora estaba, a los 19 años, en el centro de las miradas por el golazo que le había hecho a Santoro de Independiente (el famoso gol que no había podido realizar Pelé en el Mundial del 70) y se perfilaba como crack, allá por el Nacional 1972.
Alonso había desarrollado las divisiones inferiores en el club de Núñez desde los 10 hasta los 16 años. A partir de allí, Didí lo llevó a Primera y nunca más volvió. Antes, había tenido como técnicos al padre del jugador Anzarda, a Cap y Osvaldo Diez.
El Beto Alonso. Fue grandioso como jugador. Fue técnico junto con Merlo. Le falta ser presidente de la institución. Es parte de la religión.

1980: HASTA LABRUNA ESCUCHÓ INSULTOS!

Merlo abraza a Alonso, autor de tres goles en la goleada a Allboys 5 a 0 en el Monumental, por el Metropolitano 1980. Nueve años después, ambos conducirían al equipo millonario en la Liguilla y la primera rueda de la temporada 1989/90. El que lo conducía en ese entonces era Labruna, quien fue abucheado esa tarde por la hinchada de River. Sí, a Labruna lo insultaron... Es que las heridas por la eliminación ante Velez de la Copa Libertadores estaban abiertas, y Angelito se la tuvo que bancar. Se le reprochaba que con el plantel de jerarquía que disponía no podía quedar afuera de la Copa.
En la fecha anterior, por el Metro, el conjunto de Núñez le había ganado 1 a 0 al de Liniers con gol de penal de Passarella y vivió una suerte de revancha, la tarde que la barra de River llevó una bandera de Brasil para cargar a los locales, ya que tras dejar afuera a los millonarios fueron eliminados del torneo continental por el Inter.
River terminaría obteniendo el Metropolitano con nueve puntos de ventaja sobre el segundo, Argentinos Juniors. Angel Labruna completaba de esta manera un exitoso ciclo de seis títulos en cinco años, desde su llegada en 1975.

1982: DOS GRANDES del METRO 75 que PEGARON el SALTO

Zarpazo del Puma Morete ante la intervención de Fillol, quien controla con absoluta seguridad. Fillol y Morete habían sido dos figuras destacadas del River campeón Metropolitano 1975. De fondo aparece Gordillo, quien esa noche anuló a Oscar Ortíz, ex de la banda. Fue durante el Metropolitano 1982 que finalmente obtendría Estudiantes de La Plata. Independiente ganó 1 a 0 y con ese resultado quedó solo en la punta del campeonato, mientras que el cuadro de Núñez, por primera vez en el profesionalismo, sumaba su décimo partido sin ganar. “Vea vea, vea vea, son las p... de Avellaneda” cantaba la hinchada millonaria antes de comenzar el encuentro.
Cuando iba a iniciarse el torneo, Carlos Morete estuvo a punto de volver al Monumental con el pase en su poder. A último momento, la operación se cayó. Se había ido campeón en 1975 convirtiendo 103 goles con el manto sagrado, pasó por Las Palmas (España), Boca y Talleres de Córdoba.
Ese día, en la Viscera de Cemento, River formó con Fillol; Gordillo, De los Santos, Giúdice y J. García; Vega, Gallego y Messina; Cabrera, Alegre y Constantino. El técnico era el Pistola Vázquez. En ese momento, la gente de River tenía depositada sus ilusiones en la Copa: enfrentaría a Peñarol y Flamengo en las semifinales...

1979: “AQUÍ ESTÁN, ESTOS SON...”

...los colores del campeón!” gritaba la hinchada de River en la cancha de Quilmes abriendo sus banderas rojas y blancas en el preciso momento en que el equipo formaba para los fotógrafos. Arriba: Passarella, Merlo, Comelles, Saporiti, Pavoni y Fillol. Abajo: P. González, J. J. López, Luque, R. Díaz y Commisso.Esa tarde, el Pato Fillol fue la única explicación de la victoria millonaria por 1 a 0, porque el equipo cervecero dominó todo el partido y mereció, al menos, el empate. Así era el River de Labruna. Apagado cuando sus talentos no lucían; brillante y rebosante de belleza cuando sus estrellas estaban encendidas, no importaba el rival. Menos mal que esa tarde se encendió Ramón Díaz, quien definió a través de un cabezazo cuando terminaba el primer tiempo. La defensa podía estar tranquila: si la pelota pasaba, no había que temer el gol en el arco riverplatense. Estaba Fillol, y aunque sonara la alarma, con el Pato era robo...
En la fecha siguiente frente a Huracán, en el Monumental, River logró la clasificación para la ronda final del Nacional -torneo que finalmente lograría al definir contra Unión- al empatar 1 a 1 con un recordado gol de Luque de taquito.

1981: Con ALONSO, TODO era POSIBLE

No fue el gol que le hizo a Independiente en el 72, el que no pudo realizar Pelé en el Mundial de 1970. No fue el golazo que hizo en Alemania jugando para la Selección Argentina, en el 73. No fue aquel cabezazo en el Monumental contra San Lorenzo que trajo la certeza que a River no se le escapaba el título del Metro 75. Tampoco fueron los dos en la Bombonera, el día de la vuelta olímpica en el 86. Esta imagen con el golazo de media chilena de Norberto Alonso fue durante el tramo final del Metropolitano 1981. Llegó el centro de Emilio Commisso y el Beto definió de esta manera. Brillante. Un gol que no trascendió tanto, quizás porque en ese torneo River estuvo tapado ya que el centro de la atención giraba en torno a Maradona-Boca.
Esa tarde, el conjunto de Núñez perdió 2 a 1 ante el de Boedo en cancha de Ferro. En la final del 72 en Vélez, el San Lorenzo dirigido por Juan Carlos Lorenzo le ganó a River 1 a 0 y se quedó con el título del Nacional. Alonso, que la venía rompiendo, ese día en Liniers no anduvo. Casi diez años después, se volvieron a enfrentar: ahora el Toto dirigiendo de nuevo al Ciclón pero alejado de las instancias finales, ya que esta victoria ante el Millo apenas lo sacaba de la zona del descenso. El Beto, por su parte, en un buen momento de su carrera: era el año de su décimo aniversario en Primera División. Con el sello de los grandes, no sólo señaló este tanto, sino también que a la fecha siguiente, en la goleada contra Newells 5 a 2 en el Liberti, convirtió otro espectacular. Dos metros después de la mitad de la cancha, el Beto la frenó tras recibir un lateral de Saporiti. Se puso a hacer jueguitos. Le fue al cruce el Tolo Gallego y quedó desairado, le hizo un caño a Killer, salió desesperado el arquero Civarrelli y definió de zurda. “Aloooooonso, Aloooooonso” fue el himno de la hinchada. No era para menos: en realidad, Pelé había sido el Alonso negro...

2001: La CARAVANA MONUMENTAL que NADIE PUDO IGUALAR

El Obelisco va quedando atrás. Ya partió la Caravana el día del festejo de los 100 años del club hacia el Monumental, llevando la única bandera que guía a sus hinchas: la roja y blanca.
Desde las 11 hs comenzó a llegar la gente. Había un clima de fiesta, familiar, para nada agresivo. Un puesto que daba información acerca de la postulación de Bilardo a la presidencia de la Nación, levantó campamento y se retiró. Un señor con toda su familia en el auto -todavía no estaba cortada la 9 de Julio- pasó por el lugar y se atrevió a gritar “Dale Boca, gallinas!” pero pocos le dieron importancia. Un hincha comenzó a correr a la par del vehículo y lo invitó a que parara y se bajara, pero el resto lo convenció que lo dejara ir. No tenía sentido. Era el Centenario de River y todo estaba previsto para celebrar.
Siguió llegando más y más público. Casi todos con alguna camiseta o buzo, de todas las épocas. “...Se mueve para acá, se mueve para allá / esta es la hinchada / más loca que hay...” Una ambulancia se llevó a un señor que no aguantó la emoción. De repente, el grito: “Llegan los Borrachos del Tablón, llegó la hinchada...” y el agite se hizo intenso. Pero para bien, como debe ser. No se veían policías. El Mac de la esquina estaba tomado, si había algún hincha de Boca seguro no tenía cara de cajita feliz... Una corona con los colores boquenses tomó lugar a metros del Obelisco, un cajón también: “El muerto del siglo”. Un fanático con la cara pintada y la inscripción “Alonso” se subió a un semáforo para guiar los cánticos. Indescriptible. Después, llegó la bandera de Enzo, la de “El país” Los camiones repletos de fanáticos, los bombos, el estruendo... Decir que lo vivido ese día fue emocionante es poco.
Han querido imitar esa ingeniosa celebración, en el país y afuera. Han querido...