lunes, 21 de noviembre de 2011

De AQUELLOS PARTIDOS CONTRA ROSARIO CENTRAL: 1983, del TRIUNFO al CONFLICTO


Alberto Bica se lleva la pelota. Su marcador, Di Leo, lo toma del brazo. El wing no brilló pero picó varias veces y ganó por su sector derecho, sorprendiendo en cada cambio de frente.
El que no sorprendía en ese entonces (mediados del 83) era River: por la tercera fecha del Metropolitano, le ganaba 2-1 a Rosario Central en el marco de un Monumental semivacío (“Alooooonso, Alooooonso” era el grito de guerra pidiendo su regreso), dejando otra vez una pobre impresión. Había comenzado el torneo derrotando a Talleres como local por 3-0, luego igualó 2-2 con Racing en cancha de Independiente y ahora vencía sobre la hora al conjunto rosarino, donde jugaba Raúl de la Cruz Chaparro, cedido por la entidad de Núñez después de su mediocre campaña.
Abrió el marcador Oscar Trossero al comienzo del segundo tiempo, igualó Scalise y faltando dos minutos Francescoli puso cifras definitivas. El uruguayo se hizo ver en toda su magnitud, en tiempos en que todavía no era el Enzo: corrió y gambeteó por detrás de Kuchen al aprovechar un pase en profundidad, definiendo como los grandes.
Dos ilustres del plantel de aquel momento estuvieron ausentes: Alberto Tarantini porque era transferido a Bastia de Francia y Ubaldo Fillol: su conflicto con los dirigentes se agudizó. Había sido suspendido por espacio de diez días, sin goce de sueldo y con obligación de concurrir a los entrenamientos. Era el desenlace de un problema entre el Pato y los directivos millonarios por un contrato publicitario del arquero. En realidad, no era el desenlace sino el comienzo de un escándalo mayor: después de los dos puntos obtenidos contra los canallas, a horas del encuentro contra Platense y a pocos días del enfrentamiento contra Boca, veintidós jugadores de River, amparándose en el artículo 15 del Convenio Colectivo de Trabajo 430/15, se declararon desvinculados del club al hacer efectivo el apercibimiento que, a través de telegramas, habían concretado cuarenta y ocho horas antes. Lamentable.
Antes de que comenzaran a jugar dirigidos por Martín Pando los juveniles de Cuarta, Quinta y Sexta División (lo hicieron en las siete fechas siguientes) por el conflicto de los futbolistas profesionales, la tarde del 2-1 contra Central el equipo de Varacka salió con Puentedura; Olarticoechea, Saporiti, Nieto y J. García; Gallego (Messina), Merlo y Francescoli; Bica, Trossero y Tapia.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Con la TRICOLOR ACTUAL, HACE CUARENTA AÑOS


El arquero de Platense Topini asegura la pelota cuando trataba de cabecear César Laraignée. A la expectativa, Víctor Marchetti. Ocurrió por la primera fecha del Metropolitano 1971, cuando River debió utilizar la camiseta alternativa ante los calamares.
Entre los hinchas riverplatenses que superamos los cuarenta años, quizás esta remera tricolor sea la que más se identifica con aquellos cotejos en los que River tenía que dejar de lado la tradicional banda roja. Después, vinieron muchas camisetas suplentes más.
Pero esa rayada que aparece en la imagen tiene una particularidad: se asemeja mucho a la indumentaria actual, ya que prevalece el blanco en la parte central, a diferencia de otras en las que el rojo ocupaba la franja vertical principal. Por supuesto, en el 71 no había publicidad en el atuendo; allí aparecen las clásicas medias rayadas rojas y blancas, que nunca más volvieron a utilizarse desde 1975.
En el Monumental, River había formado en el 1-1 contra Platense con J. Pérez, Dominichi, Pellerano, Laraignée y O. Pérez; J. J. López, Della Savia y Onega; Pignani, Marchetti (Bulla) y Más
Laraignée había abierto el marcador de penal en la segunda etapa y faltando cinco minutos igualó Cabral. El conjunto millonario , que se había reforzado esa temporada con Pignani (de Gimnasia), Della Savia (Quilmes), Bulla (Platense) y el uruguayo Jorge Vázquez, finalizaría ese certamen sexto, a once puntos del campeón Independiente.

viernes, 11 de noviembre de 2011

CHILAVERT, CHILAVERT... NO LA VAS A VER


Ahí está José Luis Chilavert todo “arrugado” y con los ojos cerrados. Justo él, que afirmaba nunca tener miedo (fue la noche de la brutal agresión al Muñeco Gallardo), que la vida se dividía en ganadores y perdedores y que él era un ganador... Pero el que estaba ganando por el Apertura 1997 -y con justicia- era Velez en su estadio de Liniers, hasta que Juan Pablo Sorín a través de esta jugada, propia de un defensor con alma de goleador, puso el 1-1 definitivo faltando pocos minutos para el final.
River venía de ganarle a N. O. Boys en el Monumental por 2-1 y seguía puntero; Boca estaba al acecho a tan sólo una unidad, cuando el torneo ya entraba en su fase final. El equipo dirigido en ese entonces por Marcelo Bielsa se presentaba como un rival de consideración, por más que estuviera colocado en el quinto puesto. Y así fue. El esquema que presentaron los locales fue difícil de resolver por los de Ramón Díaz, que mandó a Gancedo, Rambert y Escudero en la segunda etapa para ver si podían equilibrar el juego. Pero River estuvo flojo en líneas generales, excepción hecha de la elogiable tarea de Juampi Sorín. El punto rescatado entonces fue valioso y muy festejado en las tribunas millonarias. Por su parte, Boca no podía con Ferro (1-1 en la Ribera) y todo siguió igual en la tabla de posiciones: se venía el tricampeonato...
Ese día, el cuadro del Pelado formó con Burgos; H. Díaz (Escudero), Ayala, Berizzo y Sorín; Monserrat (Rambert), Astrada (Gancedo) y Berti; Gallardo; Francescoli y Salas.