“HISTORIAS de RIVER CANTADAS por su GENTE” (2010, emprendimiento independiente) e “HISTORIAS de RIVER CANTADAS por su GENTE II” (2012, Abarcar Ediciones) son dos obras con las que comencé mi recorrido como autor de la Banda Roja. Luego llegaron: “RIVER ES ARGENTINA: UN GRITO SAGRADO”, “GRANDES HERMANOS”, “MONUMENTALES”, “MILLONARIAS INÉDITAS” (libro/revista junto a Jorge de los Ríos), “LA TRICOLOR” y “TRES”, todos del mismo sello editorial.
sábado, 26 de junio de 2010
1968: Un EQUIPO para nada RECIO
Así como para intentar la conquista de la tan esquiva Copa Libertadores, River Plate adquirió hace algunos años atrás a elementos destinados supuestamente a corregir debilidades anímicas y defecciones a la hora de pelear los partidos a nivel continental (San Martín, Loeschbor, L. Fernández, F. Domínguez, Talamonti y siguen las firmas, lamentables firmas...), el cuadro de Núñez, llegado el año 1968, se preocupó en obtener valores con características similares a las mencionadas, al menos para cambiar la historia en los torneos domésticos. Es que en 1957 había sido el último festejo, la última vuelta olímpica y la hinchada seguía acompañando pero no daba más...
Así es que los millonarios compraron a M. A. López, Carlos M. Rodríguez (ambos provenientes de F. C. Oeste), el veterano Ferreiro (dejado libre por Independiente), el bahiense Recio (de Platense) y el mendocino Roberto Gutiérrez.
En el primer partido oficial del año, River le ganó a Central 1 a 0 en Rosario, pero en las dos fechas siguientes no respondió a las expectativas: igualó con Tigre en el Monumental 1 a 1 y perdió ante Huracán 1 a 0. Goleó 5 a 0 a Chacarita como local, perdió en Atlanta contra Arg. Jrs. por 2 a 0 y luego igualó en la Bombonera 1 a 1 con Boca. Llegaron entonces cuatro victorias consecutivas: 1 a 0 a Gimnasia en el Liberti, 2 a 1 a Independiente en Avellaneda, el mismo resultado a Velez como local e idéntico score frente a Quilmes como visitantes. Pero cerró de manera defectuosa la primera rueda: perdió contra Los Andes 3 a 1 en el Monumental...
En el comienzo de la segunda ronda, igualó frente a Central sin abrir el marcador también en River y posteriormente llegaron tres triunfos sucesivos: 3 a 0 a Tigre en Victoria, 1 a 0 a Huracán, 3 a 0 a Chacarita en San Martín (a cuyo cotejo corresponde esta imagen: parados M. A. López, Morcillo, Chávez, Zywica, Carrizo y Guzmán. Agachados: Montivero, Matosas, D. Onega, E. Onega y Vitali) y 1 a 0 al Bicho en casa.
El 0 a 0 siguiente frente a Boca dejó tristemente para el recuerdo la temporada de 1968: fue cuando se produjo la tragedia -la más grave en la historia del fútbol argentino- en el Monumental: 71 muertos.
Llegaron dos 1 a 0 seguidos a favor de River (ante Gimnasia en el Bosque y luego frente a Independiente como local) y en la fecha siguiente tuvo lugar el famoso 1 a 1 en Liniers frente a Velez, la tarde del record de Carrizo, quien se convirtió en el primer arquero en mantener su arco invicto en 8 partidos consecutivos.
Las dos fechas finales marcaron sendos empates: frente a Quilmes 3 a 3 y luego ante Los Andes 1 a 1, conjunto al que pudo doblegar en el torneo. De todos modos, River ocupó el segundo puesto (primero fue Velez) en la Zona B y se clasificó a la semifinal para enfrentar a San Lorenzo. El otro partido era el que disputaban el cuadro de Liniers y Estudiantes.
Pero fue mediocre la actuación esa noche en cancha de Amadeo, en cancha de Racing, como la de casi todo el equipo. Pedro González, en sus tiempos azulgranas, abrió el marcador cuando se jugaba la segunda etapa. Igualó E. Onega faltando un cuarto de hora para el final, pero en rápida sucesión San Lorenzo (que finalmente sería el campeón del Metropolitano 1968 al derrotar en la final al Pincha) se puso 3 a 1 con goles de Cocco -que llegaría a River en el 76, cumpliendo una opaca labor- y Veglio.
Ni Recio, ni M. A. López ni el Chamaco Rodríguez con sus agallas pudieron cambiar el destino. En aquellos tiempos, River estaba condenado al éxito... de los rivales en las finales.
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Confundir las cosas no es de ahora. Esto prueba que a veces, con tal de conseguir resultados, le somos infieles a las tradiciones y a los estilos que nos hicieron grandes.
ResponderEliminarPerdimos finales a patadas, algunas de ellas increíbles, no porque no pongamos huevos, sinó porque en el momento de jugar los rivales eran mas. Los matadores nos ganaron bien. Chacarita nos metió 4. Ante Boca en el 69, en media hora ya nos iban ganando 2-0. Ante Velez en el 68, el día de la mano de Gallo, si ganabamos eramos campeónes y apenas pudimos empatar.
En esos años nos faltó suerte (mucha), pero tambien un poco mas de futbol.
Claro Dalmassito, es lamentable pero es así. No sólo en materia de jugadores. ¿Traer como DTs en su momento a J. C. Lorenzo o a Griguol no fue traicionar una filosofía que nos ha distinguido del resto de los cuadros?
ResponderEliminarSaludos
Gustavo
Lo de JC Lorenzo si hablar. Un tipo así no puede haber diirgido River. Así le fue.
ResponderEliminarYo siempre tuve mucho respeto por el laburo de Griguol. Pero el ámbito que exige River (Ganar, Ganar, Ganar y Jugar, Jugar Jugar) no le favoreció mucho a un estilo como el de él.
Opino lo mismo que Adrian , el estilo lo River se traicinó muchisimas veces cuando por la década del 60 se trajeron jugadores estrellas de otros paises pero de poca adaptación al medio local . Se pagaron pases millonarios por jugadores como MATOSAS que nunca rindieron lo esperado y no supimos cuidar a grandes jugadores como ARTIME y ERMINDO ONEGA . Respecto a los DT es lo mismo en la desesperación de un éxito se trajeron DT que no estuvieron a la altura . OJO que el TOTO LORENZO había estado en la selección pero el caso de Griguol era muy difícil ya que ser el DT luego de la gestión más exitosa de la historia es muy pero muy difícil .
ResponderEliminarY el caso de Merlo, como DT? En el 89/90, fue su primera incursión como entrenador y acompañado por Alonso, pero no había que ser muy lúcido para darse cuenta que Mostaza no iba a imponer un juego abierto y ofensivo tal cual el estilo de River. Porque por más que haya jugado al lado de grandes talentos y haya “mamado” tantos años el mundo River, su esencia, su “chip” como jugador marca otra cosa. Y después Aguilar lo volvió a traer como DT! Y claro, la historia se repitió: un equipo deslucido, buscador del resultado, explotando errores ajenos...
ResponderEliminarFueron momentos históricos diferentes, pero la situación fue similar, lamentablemente. Todo esto, expesado con el respeto y el amor que uno le tiene a Mostaza.